Este domingo los paulistas, al igual que miles de ciudades de Brasil, acudieron a las urnas para decidir quién dirigirá la ciudad más grande de América Latina.
La carrera por la Alcaldía de Sao Paulo, de 11,5 millones de habitantes, estuvo enmarcada por la participación de Ricardo Nunes -actual alcalde de la metrópoli y apoyado por el expresidente Jair Bolsonaro-, Guilherme Boulos -aliado del presidente brasilero Luiz Inácio Lula da Silva- y del outsider Pablo Marçal.
Los resultados oficiales reflejaron lo que fue una reñida contienda. De acuerdo con el Tribunal Superior Electoral de Brasil (TSE, por sus siglas), Nunes obtuvo el 29,49% de los votos, mientras que su rival de izquierdas consiguió el 29,6% en lo que fue una de las contiendas más parejas en décadas para tomar las riendas del poder paulista. Estos datos fueron divulgados por el TSE con el 99,52% del escrutinio completado.
Marçal, el influenciador que le dio un tinte diferente a estos comicios, quedó tercero con un 28,14% de los votos. Sin embargo, su paso por este ejercicio electoral jugó un papel importante. Esto ya que logró repuntar en las encuestas y dividió el voto conservador -seduciendo a una parte de la base de Bolsonaro-.
Así pues, una diferencia mínima de unos 55.000 votos entre Boulos y Nunes condujo a que aún no se conozca el nombre de quien dirigirá al motor económico de Brasil, dejando todo en manos de una segunda vuelta que tendrá lugar el próximo 27 de octubre.
Era necesario que un candidato obtuviera más del 50% de los votos para evitar este escenario.
A pesar de que en todo el resto del territorio brasileño también se llevaron a cabo elecciones locales, las de Sao Paulo acapararon todas las miradas por su magnitud y la influencia de Bolsonaro y Lula en los votantes, con la mira puesta en la carrera presidencial de 2026. Y por lo visto hoy, ambos personajes aún inciden notoriamente en el electorado brasileño.
Tanto el actual jefe de Estado como el ultraderechista manifestaron su claro apoyo a Boulos y Nunes, respectivamente, pese a que estuvieron ausentes en gran parte de la campaña.
En el resto de Brasil, los ciudadanos del gigante latinoamericano votaron para elegir a alcaldes y concejales en más de 5.500 localidades. Al igual que los resultados de la capital paulista, estos sufragios empiezan a configurar el panorama político que decidirá al próximo presidente brasileño en dos años.
Río de Janeiro: otro pulso de la política brasileña
Otro ejemplo para medir el pulso de la política en Brasil es Río de Janeiro. Allí, Alexandre Ramagem, el candidato de Bolsonaro y quien durante el mandato del expresidente dirigió la agencia de espionaje de Brasil, fue derrotado.
Quien salió vencedor en esta ciudad fue Eduardo Paes, aliado de Lula y quien ya era el alcalde de los cariocas. El escrutinio le dio a Paes una victoria considerable, con un 60% de los votos frente al 31% de Ramagem.
“Tuvimos el apoyo de gente de derecha a izquierda, progresistas y conservadores. Este es un ejemplo para Brasil”, afirmó Paes, quien será por cuarta vez el alcalde de Río a partir de enero del próximo año.
Para Bolsonaro, los resultados de las municipales en la capital carioca representan un revés para su proyecto político, en la ciudad en la que dio sus primeros pasos y construyó gran parte de su carrera.